En agosto del 2015 empezó a fraguarse este pedazo de rutón por obra del señor Taxco, cuando estábamos apurando los últimos días de las vacaciones de verano. Con un formato en Word, nos anunciaba los sitios de paso que se harían y los kilómetros en cuestión, con gran cantidad y calidad de detalles, como fotos, etc. Como faltaban muchos meses para realizarla, se pudo maniobrar para pedir los permisos en el curro e ir preparando poco a poco el asalto. Por aquel entonces se pensó que como iba a ser muy difícil llegar a tiempo a un hotel, dormiríamos en tienda de campaña al aire libre, donde cayéramos. Era tal la ilusión que pusimos en la ruta, que fuimos corriendo a comprar una tienda de campaña al Decathlon (yo que soy campista desde los cinco años y no tenía tienda de campaña…). Fueron pasando los meses. Entre Taxco y el señor Monty que en principio iba a venir a la ruta, nos devolvieron a la senda de la cordura y nos dijeron que sería mejor dormir en un hotel, sobre todo por las mujeres que iban a asistir a la ruta… Y menos mal!!! Porque si después del palizón de kilómetros, tenemos que montar la tienda…
Cuando te embarcas en un rutón como este de tantos kilómetros, ya que un humilde servidor nunca se había hecho 446 kilómetros en dos días, se mezclan la ilusión por compartir una buena ruta con buena gente, el miedo a lo desconocido que nos pueda ocurrir, el interrogante de si seré capaz de aguantar tanto tiempo encima del ATV y todo esto es lo que engancha a esta maravillosa locura del todoterreno.
Y como todo en ésta vida, llegó el día señalado del viernes 1 de abril de 2016. Por nuestra parte y después de tanto tiempo de preparación para asistir a la ruta, el destino nos tenía guardado algunas sorpresas. Hasta el último momento, no sabíamos si íbamos a poder ir a la ruta, primero por problemas familiares y lo segundo porque el ATV le tenía en revisión en Toledo por una fuga de refrigerante. Y por los problemas familiares mi gran copiloto MARIBEL TASMANIA, causaba baja en ésta aventura, con lo cual me quedaba sólo y por primera vez tendría que rutear sin ella. Pero todavía tenía que tener a tiempo el ATV para poder ir. Los nervios estaban a flor de piel y una llamada salvadora la tarde del viernes, me avisaba de que el ATV estaba terminado. Cogí toda la equipacion, el coche y el carro y enfilé hacia Toledo a por el ATV con mi padre. Le montamos al carro y vuelta para Getafe donde dejé a mi padre, y a hacer kilómetros hacia Gumiel de Izan, provincia de Burgos, donde habíamos quedado todos los componentes de la ruta para hacer noche. Ni que decir tiene que llegué el último claro, casi a las diez de la noche y con todos los nervios encima de un día un poco difícil. Cenamos y Taxco nos estuvo explicando las partes de la ruta que íbamos a hacer y lo que íbamos a ver, con una minuta de lo más currada, de las paradas programadas previstas. Nos fuimos a dormir prontito, ya que al día siguiente tendríamos que estar arriba a las ocho de la mañana.
